lunes, 22 de febrero de 2010

Dial H-I-S-T-O-R-Y


Dial H-I-S-T-O-R-Y
dirigido por Johan Grimonprez
1998
 
Este documental se encuentra construido gracias a la recopilación de diferentes archivos, generalmente televisivos, donde se habla de eventos de secuestro de aviones. Grimonprez no se limita a hacer una crónica de estos sucesos, sino que intenta, por medio de éstos, desmenuzar distintos fenómenos de la cultura de masas contemporánea.

Una imagen vale más que mil palabras. Entonces, ¿cuánto valen mil imágenes? La facilidad que tienen las televisoras para mostrar los sucesos es impresionante. No tienen que pasar muchos minutos desde que un video o una fotografía fue tomada para que ya esté circulando por el mundo. La conciencia de la información es un fenómeno que ha sido aprovechado para explotarse desde hace mucho tiempo, pero se ha intensificado con locura gracias a la televisión. Por medio del morbo, las cadenas de televisión buscan que su audiencia vea lo más posible su programación. La manera que ha encontrado para nunca dejarlos (o dejarnos) satisfechos es siempre tener algo más impresionante para mostrar.

Los actos terroristas buscan crean un impacto, así que éste debe ser cada vez mayor para lograr su cometido. Grimonprez nos enseña cómo el secuestro de aviones pasó en un breve periodo de tiempo de ser una falsa advertencia hasta un hecho catastrófico con edificios, aviones y gente destrozada. No es casualidad de que pocos años después de este documental se llevará acabo el famoso nine eleven. ¿De quién es la culpa? La gente se ha obsesionado con querer saber lo que pasa todo el tiempo en todas partes, y entre más detalle y resolución haya, le parecerá mejor. Las imágenes deben reinventarse para mantener su poder de estremecimiento social. Los organizadores de estos fatales espectáculos visuales deben, para llegar a la conciencia de su público, ser cada vez más espeluznantes. Es una simple cuestión de mercadotecnia. ¿Es la culpa de ellos, de las televisoras o nuestra?
Una de las secuencias que me pareció que poseía más fuerza es una donde vemos diferentes escenas con música nostálgica donde se recalca el poder de la violencia a través de su distribución en imágenes. La más fuerte es en la que se observa a Stalin, muerto, en su caja. Esta va precedida por gente llorando y precedida por niños con flores corriendo en cámara lenta.

Es un círculo vicioso donde el cliente nunca está del todo satisfecho. Si una cadena decidiera no mostrar cierta imagen por lo escandalizante que pudiera resultar, seguramente perdería puntos de rating porque en otra canal si la transmitirían. Si todas las cadenas decidieran no pasar esta imagen seguramente habría manifestaciones sociales quejándose del ocultamiento de información y la censura. Creo que estamos en un punto donde ya no podemos echar culpas, sino cuestionar las más básicas estructuras sociales y legales que permiten que actos como estos sigan enriqueciéndose. Sin duda alguna el cine tiene parte de la culpa de esto.

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