jueves, 4 de febrero de 2010

Konec


Konec
(Fin)
Dirigida por Artavazd Peleshian
1992
Armenia

Otra gran obra de Peleshian. Con maestría logra retratar y transmitir sensaciones por medio del montaje y la banda sonora. El ritmo visual de los diferentes elementos que vemos en pantalla se funde con la música de tal suerte que es inevitable asumir que es así como se siente el estar cansado en un viaje de tren. ¿Qué puede hacer alguien en esta situación? Al parecer no mucho. Es esto lo que Peleshian aprovecha para la creación de Konec, las sutilezas de las expresiones, posturas y movimiento de la gente esperando concluir su viaje.

La imagen con la que empieza es fulminante. Me parece uno de los principios más poderosos que he visto en el cine. Se trata de un pequeño niño viendo directo a la cámara. Su madre lo lleva sobre ella, así que éste se asoma sigilosamente por encima de su hombro para observar con precaución el lente de la cámara. Desvía rápidamente la mirada (probablemente al saberse visto) y su madre le da un beso en la mejilla. Luego vuelve a mirarnos directamente. Todo esto mientras la cámara se mueve al ritmo del ruidoso e inestable ferrocarril, dándonos a entender que la cámara es un pasajero más. La mirada del camarógrafo dentro del vagón, no una mirada extradiegética puesta ahí por obra de magia. Peleshian parece hacer de la mirada uno de los temas esenciales para esta poesía.

La mirada es la que se da cuenta de cómo va entrando la luz a los vagones. Filtrada por las ventanas y manifestada en las ropas de los viajeros. Se crean contrastes, contraluces y sombras que probablemente sólo aparezcan en breves momentos que sólo pueden ser captados por quien lleve un rato observando y pueda entender la manera en que se combina el movimiento y la luz. 

 

 


En los últimos momentos del poema audiovisual y el recorrido vemos una luz circular que se va acercando hasta que entendemos que es el final del túnel. El tren y la cámara pasan por este lumbral que divide la oscuridad y la luz, siendo la llegada completa de la luz el elemento que marca el final del corto. Aparece escrito “Konec” junto con el sonido estrepitoso del vehículo, logrando un final sumamente poderoso que se balancea justamente con el inicio. En mi opinión es una obra maestra.

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