miércoles, 14 de abril de 2010

Calcutta

Calcutta
Dirigida por Louis Malle
1969
Francia




En la introducción de la película podemos leer lo que Malle escribió: “Calcutta es una ruptura en mi carrera de cineasta. Quise retomar el contacto directo con la realidad y desaparecer detrás de ella. Calcutta no es un film de autor. Quisimos establecer una relación viva entre lo que pasa en la pantalla y los espectadores, que comparten y prolongan nuestro trabajo”. Esta declaración creo que sirve de excusa para justificar el trabajo que le continúa. Con decir que ésta no es una película de autor, Malle se sale por la tangente. Cualquier cosa que se le pueda criticar a este film puede quedar en: “bueno, desde el principio se aclara que no es un film de autor”. Así que Malle hace un esfuerzo en demostrarnos que esta cinta no tiene ninguna pretensión. ¿Qué se puede decir de una película que prácticamente ya fue descalificada por su mismo autor?



En esta película vemos muchísima gente, a veces de lejos y a veces de cerca. No tenemos ningún personaje o sujeto de interés porque la mirada que tenemos siempre se siente como si estuviera viendo “al otro”. Este “otro” es diferente a nosotros, paupérrimo, da lástima. No se busca generar empatía o comprensión, sólo nos enseña lo mal que vive esta gente. A diferencia de Rouch, en este caso Malle no hace el mínimo esfuerzo de acercarse a la gente. Si bien sabemos que es imposible que la cámara se convierta en un igual a los sujetos, sí es posible hacer un intento de integración. Hay gente bañándose, arrastrándose, preparando a una mujer muerta, etc. Calcutta se convierte en un recorrido a través de la miseria de las castas más inferiores de la India. Si obtuviéramos varios stills de la cinta y las pusiéramos en un libro que se titulara “La miseria de India” o inclusive “Calcutta” no habría un resultado tan distinto de lo que este film ya es.

¿Entonces de qué sirve hacer una película? ¿Dónde ocurre el lenguaje cinematográfico? Esta serie de escenas, a pesar de ser interesantes por sí mismas, no logran cuajar en una estructura. Se pierde el ritmo si es que en algún momento lo hubo. Quizás la razón por la que Calcutta queda tan incompleta es porque la propuesta cinematográfica de Malle queda muy pobre y aleatoria para ser dirigida por este director. 



No se puede decir que no suceda nada porque esto sería imposible, pero más bien no se nota que el director haga mucho. En la secuencia de la protesta estudiantil la cámara logra captar a una estudiante herida que cojea. Se nota que intenta correr lo más rápido posible pero ni siquiera se puede mantener en pie. Inmediatamente sus amigas, a pesar del peligro de la situación, la cargan en sus hombros y la ayudan a huir. He aquí un gran momento que pudo haber conducido a una gran historia. Pero no sucede así porque la cámara está lejísimos. Esto hace que tengamos la intención de que a la cámara, o mejor dicho, al director no le importa lo suficiente. No es una toma muy distinta a la que grabaría un turista escondido desde su habitación en un hotel.

Como Malle lo dice: “Esta película no pretende ser más de lo que es.”

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