miércoles, 14 de abril de 2010

Cannibal Tours

Cannibal Tours
Dirigida por Dennis O’ Rourke
1988
Australia




Antes eran colonizadores con rifles, ahora turistas con cámaras. Las reglas parecen ser similares y los personajes también, los tiempos son los que cambian. Creo que lo más interesante e innovador de este documental es la perspectiva en la que se pone. Básicamente hay un encuentro de dos culturas muy diferentes. Tan diferentes que unos tienen tanto dinero que pueden darse el lujo de embarcarse en la aventura e ir a visitar a los otros. Parecería lógico que el documentalista, australiano, se pusiera de parte del grupo de turistas para filmar a los aborígenes como lo hizo Malle en Calcutta. Sin embargo O’ Rourke estudia a los turistas.



El documental explora la manera en que los nativos perciben a los que vienen. La incomprensión a su modo de vida es tal que ni siquiera entienden por qué vienen. Esta cultura, debido al turismo, se ha occidentalizado poco a poco. Altares y templos pasan de ser lugares de encuentro espiritual a ser sitios turísticos donde uno debe pagar para sacar fotografías. Este choque cultural resulta algo indiscernible para los nativos. Uno de ellos se pregunta de dónde sacarán tanto dinero los turistas. Supone que su gobierno se los debe de dar. 


Hay varias escenas intercaladas donde vemos a conquistadores posando junto con los nativos. En el presente hay una secuencia donde una señora quiere tener su retrato con los niños nativos. Se nota que le dan mucha ternura, además son tímidos. Ella se pone lista para la foto y poco a poco los atrae para que se acerquen y posen también. La imagen no es muy diferente a la de una señora lanzando migajas para que las palomas se aproximen.





Inevitablemente los nativos intentan parecerse a los occidentales. Empiezan a usar su ropa y a cobrar en dólares. Buscan imitar superficialmente un estilo de vida que les es totalmente ajeno. Lo curioso es que los blancos también intentan parecerse a los negros. La gran diferencia es que esto es a modo de diversión o burla. Se pintan la cara simulando marcas tribales y compran artículos que nunca tendrán un uso más allá de ser adorno.

La gente de Nueva Guinea se queja de que el dinero que les pagan no es suficiente. Uno de los ancianos dice en entrevista que si le pagaran más podría irse también en esos barcos a turistear. No es tan ingenuo, dice esto a modo de broma, se ríe. Él sabe bien que ni siquiera existe la posibilidad de llegar a tener el acceso que los turistas tienen.

Dennis O’ Rourke nos presenta la visión de los nativos agredidos que han entrado al círculo vicioso del turismo. Qué chistoso que al final nos quedemos con la noción de que los raros, “los otros”, son los turistas.

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