lunes, 31 de mayo de 2010

Juvenile Court

Juvenile Court
Dirigido por Frederick Wiseman
1973
Estados Unidos

“My goal is to make as many films as possible about different aspects of American life.”
– Frederick Wiseman


Efectivamente como era el propósito de Wiseman, Juvenile Court es un retrato de la vida en Estados Unidos. A veces la mejor forma para hablar de un todo es concentrase únicamente en un algo. A partir de la mirada que nos ofrece en este documental resulta muy fácil detectar valores que van mucho más allá de la corte de la que trata la película, valores que sirven de pieza angular para la cultura norteamericana y para la muy fabricada ilusión del american dream. Juvenile Court es un trabajo antropológico de la creencia en la redención de la cultura norteamericana.

En la corte juvenil se juzga y sanciona a los menores de edad que incurrieron o están acusados de actos delictivos. ¿Dónde está la línea entre ser niño y adulto? ¿Cómo dar un diagnóstico adecuado de si un menor de edad actuó de tal manera deliberadamente o por casualidad o manipulación? Por cuestiones como las anteriores es que esta corte es un lugar muy polémico. El criterio de la minoría de edad es tan sólo una estandarización que facilita los procesos pero que no forzosamente indica cuándo se es niño y cuando no. Wiseman hace un énfasis de cómo es que algunos niños se convierten en adultos rápidamente simplemente por la manera en que son tratados aquí. Muestra un gran interés en contar las historias de estos menores que se ven probablemente en la situación más escalofriante de su vida. Sin embargo, no se deja comprar por nadie y a lo largo de la película nunca lo vemos tomar partido.


El paso del tiempo en Juvenile Court es bastante cinematográfico. Para un espectador acostumbrado a los programas de televisión, esto le podría parecer bastante tedioso y aburrido. El manejo temporal permite que se le de un seguimiento a los personajes; genera un acercamiento. En una de las secuencias más memorables se nos presenta el caso de una niña afroamericana que no puede contener el llanto mientras la servidora pública le informa a su madre que va a ser asignada a un hogar adoptivo. Se hace un recuento de lo que esta menor hace, y entre sus “delitos” se encuentran el no ir a clases, no poner atención, causar conflictos con otros niños, etc. Rápidamente la conducta de esta niña pasa de ser mala a ser criminal. Pero, como bien lo dicta la cultura estadounidense, aún tiene una oportunidad, y ésta es la de vivir en un sitio donde se le ayude a corregirse.


Wiseman utiliza un dispositivo observacional a través del cual es posible distinguir a los personajes niños en un primer plano y en segundo al sistema, la institución y la misma cultura de este país. La sensación que me queda es que la lista de niños miserables es interminable y que en esta especie de tiradero no hay ni buenos ni malos. Es muy fácil ante información como ésta caer en la polarización de opiniones, pero Wiseman controla esto al mantenerse neutral. El periodismo ha ayudado a generar polémica en situaciones de esta naturaleza, pero Juvenile Court ayuda a desespectacularizar el tema. La narrativa del documental y su paciente uso de la cámara y el tiempo nos recuerdan que no se puede juzgar rápidamente.


Temas tan delicados como la “pena de muerte” no pueden ser tratados a la ligera y menos enfrente de un niño al que se le hace creer que si es culpable de haber molestado sexualmente a una niña pequeña, puede terminar ahí, en la silla eléctrica. Esto se le dice a un menor en una sala con varios adultos trajeados. La expresión de su rostro es sencillamente devastadora. De nuevo, en cuestión de segundos, un niño deja de ser niño. Ante este ambiente intimidante, Wiseman nos señala dónde queda esa línea de la que hablaba, la que divide a un niño de ser adulto: en el rostro de un menor al que le dicen que la justicia lo va a llevar a la silla eléctrica si resulta culpable.

“Anybody whose mind is functioning at all can't be content with the way the world works.”
– Frederick Wiseman 

No hay comentarios:

Publicar un comentario